Celebrando la vida (conmemoración fieles difuntos)
La Iglesia Cristiana Católica el día 1 de Noviembre celebra el día de todos los santos, es decir, aquellas personas que en el transcurso de su vida mortal, configuraron su vida a la imagen de Cristo y se festeja su victoria. El 2 de noviembre en contraste celebra el día de todos los fieles difuntos, donde se recuerda con especial cariño aquellas personas, familiares y amigos, que se han adelantado al encuentro con el Padre Creador. Con los estudiantes se ha reflexionado frente a los conceptos de Thanatos (muerte) y Anamnesis (recuerdo) para llegar a esta actividad, donde celebraremos la vida y su ciclo tanático y de renovación. Pensar el concepto de Thanatos en todas las culturas y manifestaciones religiosas nos permite valorar con gran fuerza la vida, luchar por ella, asumir el devenir del día a día, sonreír, de ser agradecidos, de valorar el esfuerzo de cada uno de los que nos aman y bendecir la vida de todos los que nos acompañan.
Materiales:
1. 1/16
de cartulina (la mitad de un octavo)
2. Papel
crepé de colores Naranja, Rojo y Amarillo
3. Fotos
o nombres adornados de los seres queridos que ya no nos acompañan.
4. Balso
(opcional para darle forma al mini altar)
5. Velas
eléctricas (opcional)
Instrucciones:
La
idea es realizar flores de papel crepé naranjas y amarillas para adornar alrededor
de la cartulina un cuadro donde en el medio se colocarán los nombres (o nombre)
fotos (o foto) de aquellos seres que ya no nos acompañan.
Para
realizar las flores se propone el siguiente video, la idea es hacer de varios
tamaños para adornar nuestro altar:
Terminado nuestro mini altar nos dirigiremos como curso a la capilla del colegio y reflexionaremos juntos:
Jesús resucita a Lázaro
Jesús
tenía tres buenos amigos que vivían en Betania. Se llamaban Lázaro, María y
Marta, y los tres eran hermanos. Un día, Jesús estaba al otro lado del río
Jordán, y María y Marta le enviaron un mensaje urgente: “Lázaro está muy
enfermo. Por favor, ven pronto”. Pero Jesús no fue en ese momento. Esperó dos
días y luego les dijo a sus discípulos: “Vamos a Betania. Lázaro está dormido,
y voy a ir a despertarlo”. Los apóstoles le dijeron: “Si Lázaro está durmiendo,
se pondrá bien”. Así que Jesús lo dijo más claro: “Lázaro ha muerto”.
Cuando
Jesús llegó a Betania, Lázaro llevaba cuatro días en la tumba. Mucha gente
había ido a consolar a Marta y a María. Marta se enteró de que Jesús había
llegado y se fue corriendo a hablar con él. Le dijo: “Señor, si hubieras estado
aquí, mi hermano no habría muerto”. Jesús le respondió: “Tu hermano volverá a
vivir. ¿Me crees, Marta?”. Ella le contestó: “Yo creo que se levantará en la
resurrección”. Entonces Jesús le dijo: “Yo soy la resurrección y la vida”.
Luego
Marta fue a decirle a María: “Jesús está aquí”. María corrió adonde estaba
Jesús, y la gente la siguió. Cuando llegó a él, María cayó a sus pies y no
paraba de llorar. Le dijo: “Señor, si hubieras estado aquí, nuestro hermano
estaría vivo”. Jesús se dio cuenta de que ella estaba sufriendo mucho y se puso
a llorar también. Los que estaban allí vieron a Jesús llorando y empezaron a
decir: “La verdad es que Jesús quería mucho a Lázaro”. Pero algunos se
preguntaban: “¿Por qué no salvó a su amigo?”. ¿Qué iba a hacer Jesús ahora?
Jesús
fue a la tumba, que era una cueva, y había una piedra tapando la entrada. Él
ordenó: “Quiten la piedra”. Marta le dijo: “Ya debe oler mal porque han pasado
cuatro días”. De todas formas, quitaron la piedra, y Jesús oró: “Padre, te doy
las gracias por escucharme. Yo sé que siempre me escuchas, pero hablo en voz
alta para que la gente crea que tú me enviaste”. Entonces gritó con fuerza:
“¡Lázaro, sal!”. De repente, ocurrió algo increíble: Lázaro salió de la tumba,
todavía envuelto con vendas. Jesús dijo: “Quítenle las vendas y dejen que se
vaya”.
Terminar con las siguientes canciones:
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